miércoles, 4 de septiembre de 2013

Gracias, gracias, gracias

Hoy siento que debo dar gracias a mucha gente.
Llevo días aguantando insultos y amenazas de un fascista y de su piara de amigos.  Me vais a permitir que no mencione sus nombres. Tendrían más protagonismo del que se merecen. Se disfrazan en perfiles anónimos para poder vomitar todo lo que, muy probablemente, no tendrían arrestos de decir de otra manera. Se sienten intocables. Pobres.

De ellos, se ocupará la Guardia Civil y la justicia. Pero también les tengo que dar las gracias. Han conseguido sacarme una fortaleza y un empeño que creí aletargado por el trabajo que esta maldita crisis nos provoca.  Ni ganarán, ni pasarán.

Pero, a los y las compañeras, a los y las amigas no tengo palabras suficientes para agradecerles las muestras de apoyo, de afecto y de ánimo. A la dirección del partido, a la regional y a la federal. No habéis dejado ni la posibilidad de que se resquebraje la coraza ante tal profusión de virulentos ataques. Sólo por eso, merece la pena seguir peleando. Sé que esto no acaba más que empezar.

Creo que somos cargos públicos para algo más que subir y bajar impuestos. Lo somos para preservar valores y para hacer lo que llevamos en nuestro ADN ideológico.  Observo con espanto la proliferación de perfiles fascistas emponzoñados en la más aberrante práctica de destacar de los demás  soltando la burrada más grande. Mal que no mejora, empeora. De la gripe aviar a una especie de gripé avícola y tics nerviosos que hacen levantar puños para emular al dictador. Y de ahí en adelante demostraciones obscenas de la fascistoide necesidad de justificar muertos en la cuneta o ejecuciones de la dictadura.

Al amparo de un gobierno disciplente con las “travesuras y gamberradas” de quienes pintan canas, salen de las madrigueras al albur de un oscuro anonimato en el que no desentonar entre los suyos. Golpes de un patriotismo más falso que un Gucci “Made in China” y que usan la bandera más como ala de avestruz para esconder la vergüenza que de símbolo de honestidad patria.

Soy ROJA. Estoy orgullosa de serlo. Y para desgracia de quienes hacen ímprobos esfuerzos, pienso ejercer con todas mis ganas aquello de la Igualdad, ¿habéis leído bien?, Igualdad. Democracia, Derechos y Convivencia.

No cabe rendirme. No lo voy a hacer. Quiero que quien amenaza de muerte acabe en la cárcel. Tolerancia cero contra la violencia.

Gracias. Os debo seguir intentándolo.